viernes, 12 de abril de 2013

Whales & Dolphins

Menudo madrugón nos hemos pegado hoy para ir a ver a las ballenas. Antes de que amaneciera hemos salido con el coche rumbo al puerto de Mirissa. Tengo que decir que ya me manejo con el coche como los locales y muchos de ellos cuando nos ven llegar o irnos con el coche conduciendo nosotros mismos nos expresan su admiración y respeto por la valentía que supone aventurarse a conducir por sus carreteras. yo creo que incluso en algún sitio hemos conseguido un mejor precio o incluso un precio de local al aparecer con nuestro coche en lugar de con un guia chofer. La mayoría de alquileres aquí son con conductor. Todos los turistas lo hacen así y supongo que hasta cierto punto es mas cómodo porque te despreocupas del tema parking, vas descansado a hacer las excursiones y los retornos de las excursiones los puedes hacer dormido mientras otros te conducen. A cambio pierdes libertad, pierdes la experiencia de conducir como ellos por su país y pierdes la posibilidad de parar cuando quieras y cuantas veces quieras donde quieras. (Y además es mas barato hacerlo por ti mismo). 

Es cierto que solo hemos visto otro loco occidental que se atreviera a conducir aquí en las dos semanas que hemos estado, pero si se tiene un poco de habilidad, destreza al volante y ganas de experiencias y aventuras yo lo recomendaría totalmente. 
Volviendo al tema ballenas, el amanecer nos pilló de camino, en la ciudad de pescadores de Welligama y con tan bonito amanecer de postal no pudimos resistirnos a parar el coche y hacer unas fotitos antes de seguir camino del puerto de Mirissa. 


El puerto no tiene mucho tamaño. Igual es como el puerto deportivo de un pueblecito pequeño de Málaga como puede ser el de Torre del Mar (referencia para mis padres), y casi todos los barcos son de empresas y particulares destinados al avistamiento de ballenas con mas o menos capacidad y tamaño. 

Las dos empresas fundamentales en el negocio en esta costa son dos: Mirissa Water Sports Y Raja and the Whales. 

Nosotros nos decidimos por la segunda. Principalmente porque está llevada por gente del país que respeta mucho su entorno y por tanto van a cuidar de él lo mas posible. Seguidamente porque el precio es razonable (6000 rupias frente a las 9500 que nos pedían los de Water Sports)  y porque preferimos dar el dinero a una empresa local. Finalmente porque Lonely Planet la recomienda por referencias de mucha gente en cuanto a respeto y cuidado de las ballenas y la normativa de aproximación. 



Y la verdad es que acertamos completamente. Existe una normativa detallada en cuanto a la aproximación a la ballena, la velocidad y distancia a la que tienes que mantenerte y las zonas en las que puedes permanecer para verlas sin mover el bote a mas de 4 nudos. En el dibujo se explica claramente que a 100 metros tienes que frenar a 10 nudos y que tienes que ponerte en la misma trayectoria sin perseguirla ni cortarla el camino porque no ven de frente sino por los laterales, y que la maniobra tienes que ser en elipse de salida desde la aproximación.


Bueno, pues todas estas normas se las saltó repetidamente la empresa Mirissa Water Sport, por lo que si lees estas lineas y te importa la naturaleza y que las ballenas puedan seguir siendo vistas en estas aguas sin hacerlas huir, así como la economía de toda esta zona que se basa fundamentalmente en el negocio del avistamiento, por favor, no contrates con ellos. Sí, tienen barcos un poco mejores, catamaranes que se mueven menos, y probablemente te darán mejor de desayunar a bordo, pero cuando les ves aproximarse a las ballenas a toda maquina y frenar casi encima de ellas, para verlas durante escasos dos segundos hasta que se zambullen asustadas, ver como las cortan el camino para que sus turistas las vean mas de cerca incluso haciéndolas modificar su trayectoria, ponerse delante de otros barcos saltándose las normas de distancia y velocidad continuamente... Lo cierto es que se te quitan las ganas de contratar con ellos, y darles dinero para seguir con estas prácticas. 

Dicho lo cual, nuestra tripulación fue sencillamente encantadora, majetes, simpáticos, nos ofrecieron su experiencia para sacar las mejores fotos de los animales sin pedir nada a cambio, incluso llevan una cámara profesional suya para ofrecer sus fotos a quien las quiera si es que no ha podido conseguir buenas imágenes. 
Todo esto respetando escrupulosamente las normas. 

Tras una hora de navegación hasta llegar a la primera línea de avistamientos, pudimos a cientos de delfines de los llamados spinners porque dan vueltas cuando saltan haciendo giros sobre sí mismos como si fueran peonzas. Fue increíble ver tal cantidad de ellos en alta mar jugando con las olas. Dan ganas de saltar por la cubierta y nadar con ellos, ponerse el traje de buceo e intentar verlos dentro del agua, pero las velocidades que pillan estos animalejos son imposibles de alcanzar, así que desde el barco es la mejor opción para verlos. 


Poco después vimos nuestra primera ballena. Un ejemplar de ballena azul de unos 13 metros según los expertos que, a algo más de 100 metros, iba paralela a nuestro barco. Qué suerte !!! pensamos. Pero enseguida llegó por detrás el barco de water sports a toda velocidad y la ballena desapareció en el fondo y la perdimos. Las ballenas pueden estar aproximadamente 20 minutos bajo el agua y salir para respirar escasos 6 segundos, por lo que perder un avistamiento supone 20 minutos de espera incierta. A esta nunca la vimos más...


Después vimos una segunda, que nos regaló salidas y entradas cada 12 minutos aproximadamente y de la que pudimos hacer algunas fotos, aunque al estar a contra luz y mas de 200 metros no fueron muy buenas. 

Una tercera ballena apareció a 50 metros del barco pero los de... adivina, water sports, pusieron el barco a toda potencia y se colaron en primera linea delante de los dos barcos que en paralelo estábamos haciendo fotos al bicho. De nuevo, el cetáceo asustado se hundió para no volver. 

Y de repente pasó algo increíble, vimos un chorro de agua que salía a unos 100 metros de distancia y navegando directamente hacia ese chorro venía un barco carguero gigante que parecía volar sobre el agua. Nunca había visto una mole así de grande a tanta velocidad. Cuando los vemos en el puerto no nos hacemos una idea de la velocidad que cogen esos barcos pero os aseguro que en parado desde nuestro pequeño barquito, aquello parecía una nave espacial a velocidad supersónica. Otro chorro de agua que salía de la parte superior de la ballena, que despistada se encontraba en la misma trayectoría que el barco. Todo fue muy rápido. Se oyó un suspiro de encogimiento entre los tripulantes cuando el barco pasó sobre el lugar donde hacía unos segundos habíamos visto el ultimo chorro de agua.... pasaron unos segundos que se hicieron largos, y de repente la ballena salió a unos 20 metros de nuestro barco. un animal gigante y precioso que se había salvado del atropello por los pelos, y nos estaba regalando unos últimos minutos de avistamiento espectaculares. 

De ahí son las mejores fotos que publico aquí en el blog y estos trocitos de video.   

 http://youtu.be/5haobJaWNKM


 http://youtu.be/fre9bl7s0OE

El viaje de vuelta fue mas tranquilo. Las pastillas contra el mareo estaban haciendo su efecto adormecedor y casi todos los tripulantes caímos en los brazos de morfeo, solo interrumpido por una breve y espontánea parada para darse un baño en alta mar los mas valientes y de entre ellos los mas previsores que se habían traído el bañador puesto para tal imprevisto. 

Cuando llegamos al puerto empezamos a tomar conciencia de que este viaje estaba llegando a su fin. Intentamos alargar la agonía de lo inevitable visitando la playa de Unawatuna por ultima vez, dándonos un baño en sus aguas, tomando una cerveza en un chiringuito en la playa y haciendo las ultimas compras con las rupias que nos quedaban por los bolsillos antes de finalizar el viaje. 

De vuelta al hotel, la impresionante puesta de sol parecía darnos la despedida oficial a estas tierras tan maravillosas, llenas de gente trabajadora y amable que nos han acogido tan bien estos días y a las que seguro volveremos. 

Hasta siempre Sri Lanka. 

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