lunes, 1 de abril de 2013

Rent a car and drive... if you can.


Ayer comentaba que la primera impresión que tuve de los Sri lankeses es que su deporte nacional después del cricket es timar a los turistas. Hoy hemos tenido un segundo capitulo de este asunto, si bien hemos resuelto positivamente.

La semana pasada alquilamos por Internet un coche en una de las múltiples agencias barateras que hay por colombo. Mala idea en principio. Antes de llegar, hace un par de días nos enviaron un mail asegurando que el coche que habíamos pedido estaba disponible, pero cual sería nuestra sorpresa cuando nos dicen al llegar que justo se acaba de poner enfermo el cliente y no puede traerlo a la oficina pero que nos dan un coche superior por menos dinero.

Firmamos los papeles (sin haber visto el coche porque lo estaban lavando) nuevo error, y pagamos los 300 dolares por dos semanas. Un chollo, pensamos. Hubiera sido curioso haber visto nuestra cara cuando llegó el coche. Una especie de toyota corolla del siglo pasado, con los asientos de esos de goma espuma y terciopelo que absorbe el sudor, sin aire acondicionado pero con unos “pequeños roces exteriores” que le daban una pinta al coche de chatarra recién rescatada del desguace.

Tras una inspección por encima y viendo que se caían hasta los plásticos del salpicadero al cerrar las puertas les dijimos que no íbamos a jugarnos la vida en eso y que queríamos el coche que habíamos reservado y punto. Dicho y hecho. El enfermo que lo tenía de repente se puso mejor y podía entregarnos el coche así que tras un paseito por el caótico tráfico de la ciudad de colombo, llegamos a la casa del tipo, cogimos nuestro coche y salimos camino de Sigiriya, donde se encuentra el triangulo cultural, visita indispensable en todo viaje a Sri Lanka. Eso sí, 4 horas después de lo previsto, pero con nuestro cochecito impecable.

 Bueno, impecable tampoco, porque el el trafico de colombo es imposible tener el coche intacto después del primer mes de uso por sus calles, pero salvo el parachoques delantero y la luz trasera y alguna que otra cosilla... el resto funciona bien. Cualquiera que piense que llevar un coche u otro da igual o incluso es una pijada puede echar un ojo a los videos del tipo de conducción que hay por aquí y lo importante que es llevar un cacharro que te pueda salvar la vida.

Ademas esta es la primera vez que conduzco un coche con el volante en el lado contrario. Ya había llevado el mio por tierras inglesas pero esto es distinto, porque tienes que acostumbrarte a otras distancias y acabas pasando el retrovisor izquierdo rozando a los coches que adelantas, pero ya veremos que tal se me da. De momento no va mal.

El viaje por otro lado ha sido largo y complejo. Aquí la gente adelante en función del tamaño de su vehículo, por lo tanto la prioridad siempre es de los autobuses, seguida de los camiones (decorados en maderas y con vivos colores), furgonetas y cuatro por cuatro que adelantan aunque venga trafico en sentido contrario. Después están los tuk tuk que pueden formar hileras de adelantamiento de hasta 4 niveles en paralelo por carril.




A todo esto hay que sumar los obstáculos de las múltiples motos, peatones caminando por las carreteras, miles de perros salvajes y vacas que pululan por donde quieren en algunos tramos de la vía. 5 horas y media para recorrer 169 kilómetros. Con media hora de parada para comer unos noodles al borde de la carretera. 

Eso da una velocidad media de risa, pero es que la máxima no ha superado los 60 kilómetros por hora en ningún momento del viaje. Y manda huevos que después de ver todas las burradas que he visto sobre el asfalta me ha tenido que parar a mi un agente de policía por adelantar a un camión en una recta en la que había un paso de cebra. Ya estaba yo pensando en las cárceles de estos países cuando me he dado cuenta de que lo que estaba buscando era una “multa leve” para evitar tener que ir a los tribunales por un delito tan grave. Me he hecho el tonto y parece que el tipo ha desistido de su intento de sacarnos unos eurillos y nos ha dejado marchar. Si me pone una multa la enmarco en mi casa, porque no todo el mundo puede presumir de haber sido lo suficientemente cafre para tener una multa de trafico en Sri Lanka.

Respecto a las carreteras no tengo queja de momento. Casi ningún tramo con linea divisoria, los que había con linea tampoco es que sirviera para nada, cero iluminación en la carretera y desniveles continuos que hacen que la mayor parte de los adelantamientos los hagas con la mano cogida en el corazón y casi sin respirar. Pero teniendo en cuenta que el país sufrió un tsunami en el 2004 y una guerra civil hasta el 2009 demasiado bien están.




Lo que si que me he dado cuenta es de que el país aun no se encuentra preparado para el turismo masivo, occidental al menos. Y no me refiero únicamente a infraestructuras, sino a las formas. Muchas de las formas y maneras que en Europa ni siquiera consideramos básicas porque las damos por sentadas, aquí se encuentran aún en proceso de asentamiento. 





Poner el plato a la dama primero, poner un vaso para beber en lugar de tener que hacerlo a morro de la botella, no hablar en tu idioma nativo con otro empleado delante del cliente para que no se entere de las tarifas que quieres aplicarle, no contar el dinero de la propina sin esperar a que se haya ido primero el cliente, no guardarte el dinero de la fianza del coche en la cartera y metertelo en el bolsillo... Son una pequeña muestra de las cosas que vamos viendo y que producen mas sonrisa que enojo.

Y a pesar de todo, tenemos la sensación de que son buena gente. Me recuerda a los españoles cuando nos echan en cara la fama que tenemos de intentar timar a los japoneses, pero que en el fondo somos gente noble, amigable y solidaria. Hoy en la comida, los de la mesa de al lado nos han preguntado que de donde eramos, y que si podíamos hablar tagalo, que ellos sabían un poquito. El camarero antes de irnos casi me abraza y hasta ha salido el dueño que sabía un poquito mas de inglés (la asignatura pendiente de este país que teniendo tanta influencia británica aquí no habla inglés ni el tato), y nos ha estado preguntando por el recorrido del viaje.

Hoy en la cena también nos ha preguntado el camarero por el itinerario, y mientras escribo este blog, Myriam está perfilando la ruta de mañana. Veremos lo que nos depara. De momento está siendo muy diferente a los países de Asia que hemos visitado anteriormente. Pero lo que mas me ha gustado de momento ha sido el Tuk Tuk del panadero repartiendo el pan a domicilio. Este negocio me suena...

Mañana mas.  

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