Hoy tocaba madrugar para el buceo. No es que estemos levantandonos muy tarde cada día, pero levantarse a las 7 y media suena a día laborable y no mola nada. Pero si es para bucear como que sienta mejor. El centro de buceo es bastante serio y la inmersión, si bien ha sido controlada, no ha tenido nada reseñable. En parte porque la visibilidad era de 3 metros, había una considerable corriente de fondo lateral y los pocos peces que había (un par de puffers, una langosta y algún parrot fish entre multitud de escuelas de seargent majors y parejitas de angel fish) los asustaban los que llevábamos por delante. unos alemanes que debían haberse sacado el curso hace poco y con los que nos pusieron en la misma inmersión pensando que nosotros también eramos unos paquetes.

Como tampoco llevábamos la cámara de fotos submarina, tampoco he podido inmortalizar el buceo, así que los recuerdos serán difusos.
Después del buceo decidimos quedarnos a desayunar por la zona, en uno de los multiples guesthouse para mochileros con restaurantes al borde de la playa de unawatuna, en una mesa literalmente con los pies en la arena y que en ocasiones tenías que levantar para que no te los mojaran las olas. Un bañito mas y vuelta al hotel.

Con mas miedo que vergüenza nos metimos en la cama a echarnos una siestecita que se convirtieron en cerca de 3 horas de sueño profundo y reparador. Y es que este resort en el que estamos es muy relajante.

Así que con esas nos fuimos a cenar al único chiringuito que vimos en la playa cercana de weligama. Es un barco que está anclado en la propia playa y con luces de colores y música techno house. La comida fue una estafa, mala y cara, así que si alguna vez lo veis no piquéis. El barco es bonito, y comer en la playa en un barco embarrancado puede parecer divertido, pero la comida no merece la pena.
Cuando llegamos a casa fuimos hambrientos directos a probar el queso de búfala que habíamos comprado días atrás, y hacernos unas tostadas de queso con miel. Resulta que el queso no es tal, sino que se trata de una especie de crema agria asquerosa que tuvimos que tirar con ostensibles arcadas. Así que con sueño y hambre nos fuimos a dormir de nuevo en este hotel "The Three" del que ya os hablaré en un próximo post.
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