
En otro orden de cosas, quería
hablaros de los bancos. Aquí cambiar dinero supone una media hora de
gestiones. Eso sí, al fresquito del aire acondicionado, pero es
tiempo con el que tienes que contar.
Te piden el pasaporte, lo fotocopian,
lo vuelven a mirar, escriben el un papel, luego en el ordenador, lo
imprimen, te hacen firmar el el papel escrito, luego en el impreso
por si te has inventado la firma, luego vuelven con el dinero, lo
cuenta, te dicen que uno de lo billetes que les has entregado no les
gusta porque tiene un color un poco usado y que si se lo puedes
cambiar, y por fin te suelta la panoja en billetes grandes, por lo
que tienes que pedirle, casi suplicarle, que te de algunos de ellos
en billetes fraccionados. En fin, otro de los pequeños detalles que
les falta por pulir para convertir este país en un boom turístico
que seguro que vendrá en pocos años.
Lo que si es cierto es que estamos
recuperando a rachas la fe en la buena voluntad de los sri lankeses.
Me explico. Hoy hemos disfrutado de varios actos de buena fe de gente
de la isla sin esperar nada a cambio. Uno de ellos ha sido de un
taxista, profesión muy denostada en nuestro país y que suscita
suspicacia de por si en el resto. Pues bien, un amable taxista,
viendo que eramos turistas nos ha dejado aparcar el coche al lado del
mercado en las plazas reservadas para taxis durante 2 horas sin
pedirnos dinero a cambio.
Hemos estado charlando, intercambiando
distintos comentarios sobre la crisis en España, el reciente titulo
de campeón del mundo y europeo de fútbol y otras menudencias como que
nosotros conducimos por el otro lado, la corrupción de los políticos
y de la familia real española y que mi mujer parece de la india.
Básicamente son las conversaciones mas recurrentes por estas tierras
y nosotros las aceptamos y comentamos sin ningún tipo de problema.
Pues efectivamente no nos ha pedido dinero y por un lado es positivo
porque vemos que en el fondo la gente de aquí es muy amable, pero
por otro el hecho de que esto nos parezca algo asombroso hace que
pensar que el resto del tiempo estamos continuamente pendientes de si
nos van a estafar o no.

Y eso es lo que nos ha ocurrido en la
plantación de te. Pero eso es unos kilómetros más adelante. Antes
tuvimos que salir de Kandy con un trafico increíble en el que la
avenida principal de 6 carriles, ocupaban 5 de ellos en una
dirección, incluidos 2 de nuestro lado, por lo que en el carril en
el que íbamos teníamos que suplicar el paso al resto de marabunta
empeñada en entrar en la ciudad.
Después de preguntar a un par de
policías, por cierto muy amables y encantados de ayudar a los
turistas, hemos dado con la carretera que nos iba a llevar a Nuwara
Eliya. Este camino por la carretera desde Kandy a Nuwara Eliya es uno
de los mas bonitos que jamás he conducido. La carretera serpentea
entre multitud de campos de té, una planta similar a los viñedos y
que me hizo recordar tierras de la ribera del duero. A ambos lados de
la carretera entre montañas hay pequeños puntitos blancos que
recogen el té en bolsas a la espalda de hasta 25 kilos, apoyandolas
en la frente y cogiendo los pequeños brotes verdes que servirán
para transformalo en el preciado liquido elemento. Dicen que hay una
ruta en tren que recorre las tierras entre estas dos localidades y
que también merece la pena disfrutar, pero nosotros en este caso no
hemos podido llevarla a cabo, si bien la experiencia en coche es tan
satisfactoria que seguramente puede compararse a la del tren.
De camino hemos pasado por un hotel en
construcción con unas magnificas vistas. No he podido resistirme a
hablar con el manager para pedirle permiso para poner el link en mi
blog y recomendar su establecimiento. Aun se encuentra en
construcción pero estoy seguro de que será uno de los mejores
hoteles de la zona. Se llama Tea Bush Ramboda y las habitaciones
cuestan desde 80 dolares la noche. Www.teabushramboda.com
Desde la plataforma mirador de este
hotel se pueden ver las dos cascadas que corren juntas en la zona de
Ramboda, si bien en esta época seca del año que empieza no se
encontraban en plenas facultades.
A pocos kilómetros de ahí empiezan las
factorías de Te desde la famosa Blue fields hasta la magnifica
Macwood tee plantation. Ambas al borde de la carretera y de fácil
visita nos decidimos por esta ultima debido a la recomendación de la
guía y a que el precio de la taza de té y trozo de pastel con
chocolate no superaba el euro para dos personas. La visita a la
fabrica es breve. En 15 minutos puedes ver el proceso de fabricación
del te desde que lo cortan de la planta hasta que lo meten en enormes
sacos con destino a Inglaterra fundamentalmente.
El paseo por la
fabrica y bajar a los campo en los que puedes ver de lejos a las
trabajadoras del té es gratuito, si bien es muy posible que no
resistas la tentación de comprar un poco de té directamente de la
fabrica, aunque según nos dijo la guia, los sacos de té completos
salen el dirección a la planta de envasado y posteriormente regresan
a la tienda, por lo que técnicamente el té mas fresco a la venta se
encuentra junto a la planta de envasado.
Respecto a las visitas guiadas dentro
de la fabrica, y volviendo al tema de la sensación de estar a la
defensiva para que no te estafen, lo que nos pasó es que la llegar
pensamos que el tipo que nos ofrecía en tour por la fabrica de té
era un externo que quería cobrarnos por la visita cuando nosotros
sabíamos que era gratuita. Hasta dos veces le dijimos que no
queríamos sus servicios hasta que nos dimos cuenta de que era un
trabajador guía de la empresa del té, solo que no estaba
identificado con ninguna tarjeta. Es lo que pasa por estar
continuamente pendiente de que alguien de aquí te puede dar el palo.
Aquí llegamos a Nuwara eliya, una
ciudad con una pinta estupenda. Un lago, abundantes comercios, casas
de alojamientos y sensación de ser el sitio de veraneo de muchos
locales buscando la sensación de sentirse como en el lejano
occidente. Aquí las casitas victorianas chocan con la tradicional
arquitectura pero de alguna manera parecen encajar con los campos de
golf y cricket y los yates del lago.
Nosotros sin embargo lo dejamos atrás.
En parte porque queríamos acercarnos más a Tissa, nuestro próximo
destino, cerca del parque natura del Yala y poder preparar el Safari
con un poco más de tiempo, y en parte porque la guía de Lonely
planet recomienda pasar y hacer noche en la ciudad de Ella. Después
de Varios kilómetros por carreteras infernales que en muchos tramos
nos recordaban al programa documental de Discovery channel del mismo
nombre en el que aguerridos camioneros intentar llevar mercancía por
las carreteras de Nepal y otros puntos de difícil acceso por todo el planeta, después de pasar por carreteras en las que tenias que frenar
el coche y apartarte en la cuneta para que pudiera pasar el autobús
de linea rozando tu retrovisor, después de todo eso hemos llegado a
Ella.
Y señores de Lonely Planet, no sé si tienen intereses
económicos o inmobiliarios en este poblado, pero esto es un agujero
inmundo en medio de la nada. Por aquí pasa la carretera para bajar
desde nuwara eliya hasta Tissa y el parque nacional de Yala, pero
nada mas. La importante neblina nos impidió ver el resto, pero Ella
es un cruce de caminos en el que unos oportunistas han construido (y
están construyendo mas), varios hoteles, casas de huéspedes y
restaurantes al estilo occidental. Nada mas. Es una trampa de
turistas.
Aquí nos hemos encontrado con multitud de rostros pálidos
con la misma guia en las manos, comiendo una hamburguesa en alguno de
los restaurantes del pueblo, pensando que iban a encontrar un sitio
autentico y exclusivo pero con la cara de sentirse engañados al
reconocer más turistas blanquitos que en resto de la isla en el
resto del viaje, pero en escasos 100 metros.
Nosotros hemos pasado de buscar mucho.
Hemos ido a la primera casa de huéspedes y nos hemos metido en la
habitación que tenían. 12 euros, con baño en la habitación y
esperemos que sin chinches. Los mosquitos se pueden quedar si no
cenan dos veces.
Lo gracioso de la habitación es que la
cama tiene un cabecero de flores que hace que parezca una cama
mortaja, así que da un poco de cosa dormir aquí. Había pensado
hacerle una foto a Myriam mientras duerme, para hacer la broma, pero
según he visto la foto la he tenido que borrar del miedo que me ha
dado.
Lo que sí que ha estado delicioso ha
sido el curry que nos hemos cenado en un bar de un chaval local que
ha abierto su propio negocio para competir con el monopolio
occidental. Es un pequeño bar de paredes blancas que hace esquina y
de hecho se llama “different corner”. Básicamente sirve curry con
arroz, pero el mejor curry que hemos probado junto con el de Malasia,
y según está escrito en las paredes, lo hace siguiendo la receta de
su madre, que siempre son las mejores recetas.
En la misma pared los clientes
satisfechos de todo el mundo escriben sus comentarios. Nosotros aún
no hemos puesto nada, pero quizás desayunemos allí y tengamos
ocasión de escribir en español que este tipo es el Ferran Adriá
del curry, o algo así.
Mañana temprano pondremos rumbo a
Tissa para hacer el safari por el parque natural de Yala.
Y esta noche a dormir con el olor a
incienso antimosquitos y rezando para que no nos piquen muchos
chinches.
Yo creo que tienes que cambiar la foto de la habitacion por la que sale Myriam
ResponderEliminar