Hoy hemos ido a buscar un centro de
buceo donde poder practicar nuestro hobby favorito cuando vamos de
viaje. Digo hobby aunque muchos se empeñen en decir que es un
deporte, porque la mayoría de las veces casi no tienes que mover ni
las aletas, pero esta vez con las corriente que había tuvimos que
hacer algo de ejercicio, pero no nos adelantemos que eso todavía no
toca.
Decidimos ir a Unawatuna, donde se
concentran el mayor numero de centros de buceo y dentro de ellos es
difícil elegir. Algunos porque están pegados pared con pared y es
fácil entrar a uno pensando que estas en el de al lado, y otros
porque tienen nombres tan similares como “unawatuna diving center”
y “unawatuna dive center”. Nosotros elegimos el primero,
regentado por un alemán Hans, pero mas que porque fuera alemán que
tal como están las cosas de la crisis igual nos hubiera echando mas
para atrás, lo elegimos porque era el único con cámara hiperbárica
y que salía siempre con botella de oxigeno para descompresión de
emergencia.
Tras contratar las inmersiones del día
siguiente nos fuimos a explorar Unawatuna. Es un pueblo turístico de
gente joven, mochileros, y con poco presupuesto. Las casas de
huéspedes ofrecen alojamiento por menos de 20 euros la noche con
vistas a la playa. Bueno, decir primera linea de playa o vistas al
mar no sería justo. Ofrecen habitaciones con un balcón que está
prácticamente sobre el mar.
El restaurante de los guesthouses es
sobre la propia arena de la playa. Supongo que esto cambiará cuando
hagan su propia ley de costas y empiecen a concienciarse de los
peligros del turismo masivo sobre la naturaleza y la costa del país,
pero de momento es posible disfrutar de este privilegio.
La playa de Unawatuna es practicable
para el baño. Muchas de la costa no lo son por el fuerte oleaje y
corrientes, pero ésta se encuentra tras un arrecife donde rompen las
olas y llega el agua a la costa con menos fuerza, lo que la hace
ideal para poner el punto de partida y explorar el resto de playas de
la zona.
Justo detrás de estos locales discurre
una calle llena de comercios de todo tipo, sobre todo de artesanía,
souvenirs y tours organizados para ver ballenas, visitar templos,
bucear o simplemente alquilar unas gafas y un tubo de snorquel.
También hay tiendas de móviles y mini tiendas de ultramarinos. La
calle es estrecha de un solo carril pero cuando vas con el coche y te
cruzas con motos, tuk tuks o incluso otros coches y furgonetas,
milagrosamente se hace un carril extra que surge de la nada y permite
que pasen dos vehículos a la vez. Esto pasa habitualmente también en
las carreteras en las que hemos llegado a ver 1 carril de ida y otro
de vuelta convertidos en 4 carriles sin ningún problema.
Pasada la playa de Unawatuna, y más
por error que por ir buscando la playa, hemos encontrado el paraíso.
Siguiendo la carretera que lleva al templo de la punta, se esconde al
final la playa “jungle beach” a la que se accede caminando el
ultimo kilómetro. Bajando por una empinada cuesta de arena en la que
han abierto un camino entre las raíces de los arboles para poder
acceder a ella llegamos a la playa con la sensación de sentirnos un
poco Leonardo Di Caprio descubriendo la famosa “The Beach” en
aquella película.
Es una playa de unos 20 metros de largo
en la que han puesto un chiringuito y unas mesas y donde te sirven un
pescado tan fresco que lo puedes ver antes de que lo preparen con ajo
y genjibre, junto a unas bandejas de hielo casi aletear sus últimos
estertores. Esto y unas cervezas hacen de la playa ideal que sea más
ideal aún. Rodeados por escaso 12 turistas más que se ve que
también han llegado a esa playa por casualidad o por recomendación
de algún guia local, pasamos el día de chapuzones y cervezas.
Después decidimos ir a ver a los
famosos pescadores que aparecen en la imagen de fondo de este blog,
al atardecer, para sacarles unas bonitas fotos.
Remontamos el camino hecho hacia
Unawatuna y ya casi llegando a Ahangama allí se encontraban los
pescadores subidos a un palo clavado en el suelo dentro del mar y
sentados en otro de los palos puestos en horizontal en una acrobática
postura difícil de mantener por mucho tiempo y menos pensar en pescar
mientras guardas el equilibrio.
Son pescadores de familias humildes,
según nos contaron que utilizan esta técnica ancestral sin cebo en
la que mueven el anzuelo mediante el palo de forma sistemática,
haciendo pensar a los peces que el propio anzuelo es el gusano.
Parece imposible pescar sin cebo, pero ahí están ellos sacando
bolsas de mini pescados que pudimos ver con nuestros ojos que
realmente pescan ellos.
Ahora bien, pasado el bucólico momento
se nos acercó uno de los pescadores a pedirnos dinero por hacerles
fotos. Al parecer se ha convertido en una atracción turística tal,
que sacan más dinero por las propinas que les dan por hacerse fotos
que por el propio pescado que sacan. Entonces empezamos a fijarnos en
algunos de ellos que simplemente estaban sobre el palo como habían
hecho durante tantos años, pero ahora solo lo agitaban si ningún
objetivo mientras se fumaban un cigarrillo.
Mas allá otros pescadores igualmente
se acercaron a nosotros con el mismo fin de sacarnos algo de dinero
por hacerles fotos, así que decidimos dar la vuelta y tomarnos una
coca cola en el puesto que hay al lado mientras veíamos atardecer.
Allá, un fotógrafo profesional Tailandés se afanaba en sacar unas
instantáneas de los pescadores a la puesta de sol, pero cual sería
nuestra sorpresa cuando se bajaron todos y se fueron.
Antes estos
pescadores trabajaban a primera hora del día y luego a ultima hora
hasta que se ponía el sol que es cuando mejor se pesca. Ahora se
ponen a las horas de mas calor, pero cuando más turistas hay para
pedirles dinero. En poco tiempo esta figura del pescador desaparecerá
o acabará siendo simplemente un reclamo turístico de foto mas que
una forma de ganarse la vida.
Con una propinilla generosa, el
Fotógrafo tailandés consiguió que se subiera de nuevo uno de ellos
y le estuvo tomando fotos mientras peligraba la integridad del equipo
fotográfico ya con el agua a media cintura. Me dio su email y tengo
pendiente enviarle mis fotos de el tomando sus fotos. Si me manda
alguna buena la subiré al blog. Y con esto pasó la tarde en espera
del apasionante buceo de mañana. Ciao.
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